Bienvenido


Y por qué se dice eso de que ¿te cayó el veinte?

La única forma de usar un teléfono público era si tenias veintes a la mano y mucha paciencia, porque encontrar uno que sirviera era más que una odisea.

Pues realmente es curioso que haya perdurado tanto esa expresión. En los años 50 ó 60, en la Ciudad de México, había unos teléfonos públicos que funcionaban con una moneda de 20 centavos. La ponías en una ranura y te daba el tono de marcar.

Si el teléfono marcaba ?ocupado? o no contestaban, simplemente colgabas, retirabas tu moneda y todo el mundo tranquilo. Pero cuando contestaban, apenas oías el ¡bueno! del otro lado de la línea, tenías que oprimir un botoncito para que cayera la moneda y se estableciera la comunicación de ida y vuelta.
El problema era que a veces contestaban y no te acordabas de apachurrar el botoncito. Entonces el otro se desgañitaba contestando ¡bueno! ¡bueno! Hasta que alguien te recordaba: ¡aplástale el botoncito, baboso!, lo oprimías y? ahora sí, ya podemos hablar, ya cayó el veinte


Bueno pues, de ahí la frase “¡Ya me cayó el veinte!” para decir que ya entendiste, que ya sabes de lo que te están hablando o que por fin captaste la idea.


No hay comentarios:

Publicar un comentario